Las y los integrantes de @AgenciaANCLA, queremos homenajear a nuestros maestros, ya que les debemos mucho de lo que hacemos, ellos marcaron nuestras vidas, y solo queremos dejarles una palabra GRACIAS.
RODOLFO WALSH
Nace en Lamarque, próximo a Choele-Choel provincia de Río Negro, el 9 de enero de 1927.
Su primario y secundario lo hace con monjas y curas irlandeses. Simpatizante de la Alianza Libertadora Nacionalista (ALN). Periodista.
A fines de 1956 empieza a investigar los fusilamientos de peronistas en los basurales de José León Suárez, provincia de Buenos Aires: de allí saldrá su libro “Operación Masacre”. A mediados de 1959 se instala en Cuba ayudando a fundar la agencia oficial de noticias “Prensa Latina”, donde se desempeña como Jefe de Servicios Especiales en el Departamento de Informaciones. Debido a sus conocimientos de criptografía logra descifrar la invasión mercenaria a Bahía de los Cochinos, instrumentada por la CIA y el gobierno de los EE.UU.
En febrero de 1968 en Madrid, Perón le presenta a Raimundo Ongaro, secretario general de la CGT de los Argentinos y el 1° de mayo del mismo año aparece, el luego mítico semanario “CGT”, que Walsh funda y dirige.
Para 1970 comienza a colaborar con las FAP, a partir de su estrecha relación con Raimundo Villaflor (uno de los protagonistas de su libro (“¿Quién mató a Rosendo?”) y Enrique Ardetti. Allí desarrolla trabajo de “inteligencia” junto a Horacio Verbitsky y Nora Wolfson entre otros, especialmente escuchas de las frecuencias policiales.
A partir de la crisis política de las FAP sumergidas en una inacabable discusión interna, se incorpora a otra organización de la Tendencia Revolucionaria del Peronismo: Montoneros, donde con el grado de oficial segundo y el alias de “Esteban” y/o “Profesor Neurus” crea y dirige con éxito un sector del Departamento de Informaciones e Inteligencia. En el mismo año junto a su amigo, el poeta “Paco” Urondo participa como fundador y redactor del diario “Noticias” que representa los puntos de vista de los Montoneros.
Una vez producido el golpe militar, en junio de 1976 crea la Agencia Clandestina de Noticias (ANCLA) y en diciembre Cadena Informativa, donde denuncia en soledad con un grupo de compañeros, atrocidades y negociados de la dictadura militar.
El 24 de marzo de 1977 al cumplirse exactamente un año del golpe, hace conocer su famosa “Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar”. Al día siguiente por la zona de Constitución, en Buenos Aires, un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) trata de secuestrarlo; no se deja agarrar con vida y precipita su propia muerte al desenfundar un revólver de bajo calibre que guardaba en su entrepierna. Una ráfaga de FAL (fusil automático liviano) prácticamente lo cortó en dos. El tiro de gracia se lo dio el comisario Ernesto Enrique Frimón “220” Weber, integrante de la patota. Su cadáver fue exhibido como trofeo en la ESMA.
ROGELIO GARCÍA LUPO
Nació en Buenos Aires, 16 de noviembre de 1931, y falleció en Buenos Aires, 19 de agosto de 2016) fue un periodista de investigación e historiador argentino.
Se desempeñó como periodista en medios de Argentina y América Latina. Fue cofundador de la agencia de noticias cubana Prensa Latina; del Semanario de la CGT y autor de numerosos artículos y libros. Tuvo la primicia del desembarco militar en Malvinas
Comenzó a trabajar como periodista en 1952. Con la llegada de la dictadura autoproclamada Revolución Libertadora y el cierre de publicaciones, se sumó al vespertino Noticias Gráficas y, dos años más tarde, a la revista Qué, donde escribían Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz. Incursionó en radio (Belgrano y Argentina) y en el rubro publicitario como redactor de la agencia Publi-art, a cargo la campaña permanente de las máquinas de escribir Olivetti.
En 1958, al participar junto a Rodolfo Walsh de la investigación del asesinato de Marcos Satanowsky (abogado del director de La Razón), abrazó para siempre el periodismo de investigación. Con Walsh integró la comisión del Congreso de la Nación investigadora del Caso Satanowsky.
Un año más tarde, junto al autor de Operación Masacre, acudieron al llamado de Jorge Masetti para fundar la agencia Prensa Latina de la Cuba ya revolucionaria. Trasladado a la isla luego de la Revolución cubana de 1959 fue cofundador de esa Agencia, junto también a Gabriel García Márquez.
Entre 1959-1973 fue corresponsal en Buenos Aires del semanario uruguayo Marcha, y editor y asesor de la editorial Jorge Álvarez.
Ente 1968 y 1969 fue uno de los trípodes básicos, junto a Walsh y Horacio Verbitsky para armar el Semanario CGT de los Argentinos. En 1970 publicó varios artículos en la revista Primera Plana con el seudónimo “Benjamín Venegas”, pues sus artículos se hallaban censurados por la dictadura de la Revolución Argentina.
Durante el gobierno democrático de Héctor Cámpora, en 1973, fue director ejecutivo de la Editorial Universitaria de Buenos Aires (Eudeba).
Ha sido corresponsal de diarios como El Nacional de Caracas y Tiempo de Madrid y ha colaborado con el diario Clarín de Buenos Aires. Desde la aparición de El Periodista de Buenos Aires en 1984, hasta su cierre en 1989, García Lupo fue un columnista destacado dentro de esa publicación de Ediciones de la Urraca, de Andrés Cascioli.
TATO CONTISSA
“Peronista integral, como el arroz”, como se definía, Néstor “Tato” Contissa habia nacido en Ing. Jacobacci, Rio Negro, el 28/8/1954, falleció en la ciudad de Bs.As., el 27/01/2012.
Contissa se licenció en Periodismo en 1984, trabajó en radio y distintos medios gráficos y fue subdirector de Radio nacional durante la gestión de Mona Moncalvillo.
El periodista y docente de la Facultad de Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ)
Trabajó en radio y distintos medios gráficos, y fue subdirector de Radio nacional, cuando la dirección estaba a cargo de Mona Moncalvillo.
En radio condujo varios programas, entre ellos hizo «Días como flechas» con Pancho Muñoz en la AM750, «Condenados al éxito» con Diego Olave y el «Negro» González en Cooperativa y escribió en la Agencia Télam en la presidencia de Martín García.
CLAUDIO DIAZ
Claudio nació y creció en el conurbano bonaerense. Peronista. Hincha de Boca pero “fanático” del “Gallito” de Morón, del cual escribió un libro. Su corazón tenía sitio para las grandes pasiones argentinas y en su sonrisa se sintetizaba el alma de un pueblo que cree en la Justicia Social. Falleció en Haedo, el 5 de agosto, a los 52 años. Sus textos y su militancia se quedan en el Pueblo.
Claudio ganó a los 12 años de edad el concurso del programa de televisión “Odolpregunta” al contestar sobre seleccionados de fútbol de Argentina, y con el dinero del premio le compró la casa a la “vieja” en Haedo. Claudio era un tipo tierno, de abrazo sincero y sonrisa enorme. Tenía cara de pibe, pero no de cualquier pibe, sino del pibe que era: el pibe del barrio.
Claudio era periodista, escritor, docente e investigador de temas históricos. Inició su carrera a los 19 años como periodista deportivo en Crónica. Hacia mediados de la década del ’80, al tiempo que iniciaba su militancia en el peronismo, se volcó a la política. Fue redactor en las revistas El Despertador, El Periodista, El Porteño y Línea. Durante dos años y medio formó parte del equipo de la Revista Jotapé, de la cual fue Jefe de Redacción.
Claudio escribía y hablaba mucho. Desde sus textos y en cada charla con los compañeros en las unidades básicas buscaba responder a la pregunta que abría su memorable libro Manual del antiperonismo ilustrado (2007) “¿Cómo se escribe la historia, de qué está hecha, qué le ponen los que la venden?”.
Claudio investigaba. En 1989 recibió el Premio Latinoamericano de Periodismo José Martí, que le entregó en persona Fidel Castro, en La Habana, por un trabajo de investigación sobre sectas pentecostales financiadas por los Estados Unidos en Argentina junto a Alfredo Silleta.
Claudio creía que somos pasajeros de la era de las comunicaciones donde, paradójicamente, suele viajar una sola clase de comunicación, de modo que “resulta imperativo, vital para el desarrollo de un razonamiento propio, no tomar al pie de la letra las palabras que llegan impresas en cada papel puesto ante nuestros ojos ni tampoco aquellas que penetran en los oídos en forma de discurso”.
Claudio era un tipo que no abandonó sus convicciones en la puerta de ninguna redacción. Por eso, en el año 2008, en plena crisis por la resolución 125 escribió una carta abierta titulada “Por qué renuncié a Clarín”: “Yo efectué una dura crítica a lo que se da en llamar el Grupo Clarín y acentué, particularmente, lo que a mi criterio había sido una clara manipulación informativa durante la cobertura del conflicto Gobierno vs. Campo, tanto por parte del diario como de Canal 13 y TN.”